En los últimos meses y debido al confinamiento por el Covid 19 muchas empresas de distintos sectores se han visto obligados a cerrar y suspender su actividad. Un sector que se ha visto abocado a parar su actividad han sido los estudios de doblaje y mezclas de cine.
A raíz de este problema han salido al mercado diferentes kits de doblaje remoto, facilitados por empresas, que ante la adversidad del Covid, han visto un posible negocio. El kit consiste en el material técnico necesario, que es enviado al domicilio del actor de doblaje para que este, pueda registrar desde casa sus propias tomas, sin tener que acudir presencialmente al estudio, evitando cualquier tipo de contacto y por lo tanto posibles contagios. La llegada de estos kits han sido ratificadas en diferentes medios de comunicación, mostrándose como una solución en tiempos de confinamiento.
Desde AES España, estamos de acuerdo en que estos kits, proporcionan una solución, ante una coyuntura que necesita de una adaptación para no detener todo el sector. Pero desde luego debemos alarmar, ante la posibilidad de que diferentes empresas, y locutores, piensen que esta solución circunstancial es el futuro, argumentando que se reducen costes, y que la calidad final es más que suficiente. Como en todos los sectores hay muchos intereses y desde AES España nuestra obligación es velar por unos estándares de calidad en lo referente al sector del audio. No podemos permitir que una perdida en la calidad audiovisual se acabe normalizando por parte de un público menos exigente.
Además, nos gustaría dar la voz de alarma para que no se caiga en el error de sustituir o prescindir de los profesionales (estudios de doblaje, técnicos de sonido, etc… ) en detrimento de la calidad del doblaje en España que está considerado uno de los mejores a nivel internacional. Con estos kits, se empieza realizando pequeños doblajes y al final se acaba haciendo todo tipo de doblajes, independientemente de la envergadura del proyecto.
Estos kits presentan fundamentalmente dos problemas:
- Las instalaciones domesticas no verifican los mínimos de calidad exigibles para que el contenido cumpla unas mínimas expectativas. Los denominados Home Studios, o habitaciones de una casa que se convierten en improvisados estudios de grabación suelen tener en la mayoría de los casos una acústica pobre o nefasta, que hace que la toma grabada este fuertemente influenciada por esta acústica deficiente. También es usual que el suministro eléctrico de estos Home Studios, este contaminados por la suciedad que otros equipos eléctricos situados en la misma casa, introducen en la linea eléctrica, registrándose en muchos casos ruido, junto a la grabación.
- La persona que maneja estos kits, son actores de doblaje y no técnicos, por lo que su experiencia a la hora de hacer tomas microfónicas, no es la misma que la de una persona que lleva años haciéndolo con una determinada pericia.
Y nunca debemos olvidar que detrás de un estudio hay más que una mera infraestructura. Coexisten profesionales que han dedicado muchas horas a estudiar y a realizar este tipo de trabajo: técnicos de sonido, técnicos de mantenimiento, personal administrativo, producción, traductores, directores de doblaje… Muchas familias que dependen del empresario que ha invertido mucho esfuerzo, tiempo y dinero en las mejores instalaciones a su alcance para poder realizar el trabajo con la mejor calidad posible y con los estándares de calidad que exigen las propias plataformas y distribuidoras de cine y ocio audiovisual.
También queremos insistir en el hecho de que existen diferentes homologaciones para que los estudios se certifiquen como aptos, para diferentes estándares. Si ahora cambiamos el paradigma de las grabaciones y se realizan en casas particulares, esa homologación desaparece. Y lo justo sería que esos estudios en habitaciones, estuviesen sometidos a los mismos criterios de calidad y certificaciones para desempeñar esas funciones.
A nivel económico tampoco hay un gran ahorro de horas de estudio, ya que la mayoría de los trabajos tienen que finalizarse en los estudios profesionales, necesitando de mas tiempo para suplir las carencias con las que se ha realizado dicha grabación en una habitación y por una persona que no es experta en grabaciones.
Estamos a tiempo de que entre todos protejamos esta industria y no pase como a finales de los 90 principios del 2000 con los grandes estudios de grabación de música y los equipos digitales que produjeron una democratización al acceso de herramientas de calidad en manos de gente sin conocimientos o sin una infraestructura en la cual poder realizar grabaciones con un mínimo de calidad. Por desgracia, este abaratamiento en los equipos produjo por un lado que se empezase a pensar que cualquiera podía tener un estudio de grabación, que cualquiera podia ser técnico, músico o productor al mismo tiempo y por otro lado que el paradigma del sector comenzase a girar hacia un camino que acabo hundiendo a muchos de los grandes estudios de grabaciones musicales.
Protejamos la industria ahora que estamos a tiempo y no lo lamentemos después. El aceptar una bajada de calidad en el doblaje es inadmisible.